Bienvenido 2012

Abre las alas y despega su vuelo
llevando de equipaje sus recuerdos.
Abre las alas y atisba el futuro
ese que sentía tan incierto.

Vuela con el viento por compañero
planeando suave entre sus besos.
Poco a poco se les ve aprendiendo
a disfrutar del turbulento vuelo.

Sapos y Culebras

En la rama del arbusto junto a un estanque perdido, a sólo cincuenta kilómetros del asfalto de Madrid, croan y huyen los invisibles sapos. Y yo trago aire con más fuerza que nunca y me arden las piernas arañadas de subir entre zarza y zarza ya con las moras secas, deshidratadas y maltratadas por el otoño que comienza.

Me duelen los ojos, no de llorar. Me duelen lo ojos y me decrecen las dioptrías, de tanto fijar la vista. Todo el día frente a la pantalla y de repente una necesidad absoluta, una necesidad instintiva, animal, me hace salir de casa y correr monte arriba buscando algo, algo que no tengo idea de lo que es, pero corro. Corro con las botas de montaña puestas, un pantalón corto que aún sobrevive en el armario y que compré a los 16 años, una camiseta vieja y el móvil en el bolsillo. Corro monte arriba y oigo huir a los invisibles sapos.

Y allí arriba pienso en quedarme eternamente junto al estanque, a quedarme en lo alto de la montaña. En ese lugar se ve todo desde otra perspectiva. Pero la eternidad a penas dura unos minutos, lo que tarda en caer el sol de la tarde, lo que tarda el viento en volverse frío y lo que tarde el aire en rozar mi piel. Entonces la ladera dorada ennegrece, el agua pierde su reflejo y se vuelve densa y mis piernas desnudas se empiezan a quejar.

Brincan y bailan los peces en el agua, brincan y bailan por ver nacer el alba

Encontrarse otra vez en el interior del templo, protegidos por su piedra abovedada y escuchando cantos de sirena que resuenan, que resuenan. Y vibran las voces y vibran los corazones, y sin más razón me evado y en mi mente imagino un baile de infancia, de velas, de nieve, de frio, de Haendel.

Por fín siento la Navidad en Madrid.

Concierto de Navidad de la Coral de Virgen Blanca. Iglesia de Cerceda.

Experiencias literarias

El arte (también la literatura, arte de la palabra) nace como fruto de una época, que matiza y condiciona su realización. Cada periodo histórico presenta su propia concepción estética y delimita las formas expresivas y poéticas.

"Los libros...no son monumentos intocables o residuos sagrados, sino testimonios cálidos de la vida de los hombres, palabras que nos hablan con nuestra propia voz"

Antonio MUÑOZ MOLINA

La disciplina de la imaginación